miércoles, 2 de noviembre de 2016

QUE CAMBIARÍA YO DE LA CRIANZA DE MIS HIJOS




QUE CAMBIARÍA YO DE LA CRIANZA DE MIS HIJOS

Tres años y medio después, echo la vista atrás y, con toda sinceridad, os digo que cambiaría varias cosas que he hecho en la crianza de mis hijos que no volvería a hacer. Es más, en muchas ocasiones, y viendo los problemas que tengo hoy en día, pienso que si hubiese hecho las cosas de otra forma, principalmente en lo que se refiere a la alimentación se refiere, todo hubiera ido mucho mejor.

El gran problema es que hubo una falta de información por mi parte, información de la que hoy dispongo.Y es que lo ideal es que aprovechemos nuestros embarazos para leer y nutrirnos de conocimientos que nos serán de mucha utilidad más adelante. La verdad es que yo no lo hice (tampoco mi situación me lo permitía, pero ese es otro tema).

Lo primero que cambiaría es en lo que a la alimentación se refiere (tema que hoy en día me trae de cabeza). Mis hijos nacieron a término, en la semana 37, pero con bajo peso y tuvieron que estar en incubadora durante unos días. Además nacieron con hipocalcemia y déficit de vitamina D, además de hipoglucemia por parte de Roberto. Lo primero que hicieron fue darles leche de fórmula y hasta el día siguiente no pude darles el pecho. Cada vez que bajaba a neonatología y me podía a darles el pecho, si pasaba más de diez minutos con ellos, las enfermeras me decían que no les diese tanto tiempo, que no tenían todo el día. Así que en media hora tenía que darles el pecho a los dos y su biberón. Así pues, siempre, uno de ellos se quedaba sin mamar. Yo trataba de turnarlos en las tomas. A pesar de todo, conseguí darles pecho durante cuatro meses (eso sí, con lactancia mixta), y todo por dejarme llevar por los consejos de los profesionales sanitarios, en los cuales, lógicamente, confías.




A los seis meses de edad comencé con la alimentación complementaria. Comencé con purés de fruta y de verdura, incorporando más adelante otros alimentos como pollo, ternera, etc...Por aquel entonces, no conocía yo el BLW. Si lo hubiera conocido, y después de haber leído sobre sus beneficios, sin duda, lo habría utilizado con ellos. Dejándose llevar por su curiosidad, su relación con la comida habría sido distinta y hoy por hoy, no estaría pasando la pesadilla que estoy pasando, no sólo por la mala relación con la comida que tienen, sino por los problemas de salud que les están acarreando.

Por otro lado, está el sueño de los niños. Como ya expliqué en el post del colecho, mis hijos dormían durante los primeros meses en sus cunas, lo cual traía como consecuencia gritos a mitad de la noche con terror en sus caras. Al cabo de los meses decidimos meterlos con nosotros en la cama y desde entonces comenzamos a dormir mucho mejor, o por lo menos ellos, ya que nosotros acabábamos siempre en una esquina tras varias sesiones de patadas y empujones. Si hubiésemos conocido los beneficios del colecho, lo hubiéramos llevado a cabo desde el comienzo. Y es que mi fallo fue dejarme llevar por lo que decía lo gente y no informarme como debiera haberlo hecho.

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