miércoles, 26 de octubre de 2016

EL EMBARAZO GEMELAR. MI EXPERIENCIA




EL EMBARAZO GEMELAR. MI EXPERIENCIA


Todavía recuerdo el momento en el que mi marido y yo decidimos tener un hijo, pero aún recuerdo con mayor intensidad el momento en el que el ginecólogo me dije que no esperaba un bebé, sino dos. El shock en el que entra tu mente es tremendo. Comienzas a sentir muchas dudas (¿seré capaz? ¿podré mantenerlos?), y es que tú te haces una idea para un hijo, no para más. A mí me costó aproximadamente dos días hacerme a la idea, pero una vez me dí cuenta de lo afortunada que era, empecé a sentirme la mujer más feliz del mundo.

Ciertamente, el embarazo gemelar es muy poco frecuente, aunque en los últimos tiempos su frecuencia ha aumentado considerablemente debido a dos factores: la edad más avanzada en la que las mujeres quedamos embarazadas y los tratamientos de fertilidad. Yo quedé embarazada con 37 años (ya mayorcita), así que cumplo uno de los requisitos. El otro, gracias a Dios, no lo necesité, ya que pasó sólo un mes desde que pensamos tener un hijo hasta que quedé embarazada.

Hay distintas clases de embarazos gemelares. En primer lugar tenemos el monocorial monoamniótico (los fetos se encuentran en una sola bolsa y tienen una sola placenta). Estos son gemelos idénticos y éste tipo de embarazo sufre más riesgos y debe ser más vigilado. Luego tenemos el monocorial biamniótico (dos bolsas y una sola placenta). También serían gemelos idénticos y éste fue el caso de mi embarazo. Por último tenemos el bicorial biamniótico (dos bolsas y dos placentas). Estos serían los mellizos.




En cuanto a las diferencias sintomáticas entre un embarazo gemelar y un embarazo único, comenzar en principio por el peso, ya que lógicamente se aumenta más de peso en un embarazo gemelar. Normalmente los síntomas dados en un embarazo único, tales como náuseas, vómitos, etc... se acentúan más, aunque bien es cierto que muchas mujeres pasan su embarazo gemelar bastante bien.

No obstante, en el embarazo gemelar se sufren más riesgos, comenzando por la prematuridad del parto. Es más, hablando desde mi experiencia, en la semana 20 de embarazo, tuve un importante acortamiento del cuello del útero, con lo cual me colocaron un pesario para retrasar el parto. Otro riesgo en el embarazo gemelar es el retraso en el crecimiento de los bebés. De hecho, aquí también hablo desde mi experiencia, ya que mis hijos dejaron de crecer en la semana 32.

También hay mayor predisposición a sufrir preeclampsia (aumento de la tensión arterial, la cual también sufrí), y diabetes gestacional, así como problemas con la placenta y mayores hemorragias post-parto.

La duración del embarazo suele ser de 37 a 39 semanas, ya que los profesionales sanitarios, si el parto no se ha producido de manera natural, lo suelen provocar en esas fechas para evitar riesgos. En mi caso me lo provocaron en la semana 37+2.

El embarazo gemelar es duro, por lo menos en mi caso lo fue, ya que además sufrí vómitos las 37 semanas de embarazo, pero también es una experiencia maravillosa, que a toda mujer que lo está pasando, recomiendo que lo disfrute.

martes, 25 de octubre de 2016

LA DEPRESIÓN POST-PARTO





LA DEPRESIÓN POST-PARTO


Muchas mujeres se preguntan cómo es posible que en uno de los momentos más importantes de su vida, no se sientan felices. Y es que el 80% de las mujeres experimentan una profunda tristeza después del parto. Por regla general, una vez que descansan o reciben ayuda por parte de alguien en sus nuevas labores como madre o en el cuidado del hogar, comienzan a sentirse mejor.

Y es que los desarreglos hormonales que se sufren tras un embarazo, unidos al estrés acumulado influyen en esa tristeza.

Como ya he comentado anteriormente, durante las dos primeras semanas después del embarazo es común encontrarse con ansiedad, tristeza acompañada de llanto e inquietud.

Son sentimientos que desaparecen pronto sin necesidad de ningún tratamiento. Pero si estos síntomas no desaparecen, es cuando podemos encontrarnos con una depresión post-parto. Junto con un estado anímico triste, podemos encontrarnos con irritabilidad, cambios de ánimo, cambios en el apetito, sentimiento de culpabilidad, pérdida de concentración, pérdida de energía y dificultad para dormir. En ocasiones pueden aparecer incluso ideas de muerte o suicidio.

En cuanto a la relación con el bebé puede sentirse incapaz de cuidarlo e incluso sentir miedo a quedarse sola con él, o sentir poco interés hacia su hijo.


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Las causas que provocan una depresión post-parto, no están claramente definidos, pero los profesionales indican que se puede tratar de una conjunción de diversos factores bioquímicos, medioambientales, psicológicos y genéticos. Si durante el embarazo se ha sufrido depresión, la predisposición a sufrir depresión post-parto es mayor.

¿Cómo podemos actuar ante una depresión post-parto? Para comenzar, es imprescindible pedir ayuda, tanto para el cuidado del bebé y la casa, como una ayuda profesional que nos ayude a afrontar esta etapa. También debemos compartir nuestros sentimientos con alguien cercano, sin guardarnos nada dentro. Podemos intentar animarnos arreglándonos cada día, dejando media hora al día para darnos una reconfortante ducha, maquillarse, etc... Intentaremos descansar, salir a dar un paseo y tomar un poco de aire y, aunque es un momento muy estresante ante la nueva situación, trataremos de tomarnos las cosas con calma.

Así que, si comenzáis a sentir una gran tristeza tras vuestra maternidad, no lo dudéis, pedid ayuda ya sea a vuestra pareja, a vuestros padres y hermanos, y vivid este momento único e irrepetible con intensidad.

miércoles, 19 de octubre de 2016

EL COLECHO. QUÉ ES Y MI EXPERIENCIA CON GEMELOS



EL COLECHO Y MI EXPERIENCIA DE COLECHAR CON GEMELOS

¿Colechar o no colechar? Pues bajo mi punto de vista se trata de una decisión personal de los padres, respetando siempre el bienestar de los hijos y los progenitores. El colecho no tendría sentido si cada miembro no se siente cómodo en esta situación.

Desde que yo quedé embarazada, siempre escuché los consejos, que considero bienintencionados, de mucha gente que me decía "no los acostumbres a los brazos", o "los niños tienen que aprender a dormir solos". Cuantas veces he escuchado aquello de "si llora en la cuna, dejale, no permitas que se acostumbre a tí, o estás perdida". En definitiva, me recomendaban seguir el método Ferber o método Estivill.

Luego llega la práctica y es ahí donde entra la intuición maternal. Y mi intuición me decía que mis hijos necesitaban nuestro contacto para poder dormir bien. Además, en nuestro caso con más razón, ya que se despertaban gritando y llorando debido a que tenían cólico del lactante. Más adelante, se despertaban asustados. Así pues decidimos que dormiríamos todos en la cama, ya que era la única manera de que pudiéramos descansar los cuatro.



¿Cómo descubrí que el colecho con ellos funcionaba? Pues bien, tras un mes y medio de auténtica pesadilla, una noche Roberto se despertó como acostumbraba y tras varias horas de lloros decidí acostarme con él en la cama y darle el pecho. Descubrí que así él se calmaba y pudimos descansar. No obstante, durante unos meses seguían durmiendo en su cuna, pero varas veces por la noche nos teníamos que levantar no solo para darles de comer si no también porque se despertaban llorando sin una razón aparente. Un buen día los acostamos con nosotros y nos dimos cuenta que así dormían del tirón, con lo que ellos estaban más tranquilos y nosotros también.

Los sectores más extremos indican que el colecho puede causar problemas en la pareja ya que no pueden mantener su intimidad, y aquí es donde yo me pregunto ¿quién dijo que la intimidad en una pareja se da solamente en una cama? Si existe una buena relación de pareja y no existe otro problema externo, no tiene por que influir en los padres y en su relación íntima, así que por ese lado problema resuelto.

Otro beneficio del colecho, comprobado científicamente, es que al estar el bebé en contacto con los padres, éste regula su temperatura de manera natural. Así mismo se regula su ritmo cardíaco y su respiración, posiblemente debido a la tranquilidad que éstos le proporcionan.

De todas formas, y tal y como he comentado anteriormente, creo que la decisión de colechar debe ser tomada por el conjunto de la familia, siempre pensando en el bienestar de todos.