lunes, 6 de marzo de 2017

EL REPOSO EN EL EMBARAZO GEMELAR. MI EXPERIENCIA



EL REPOSO EN EL EMBARAZO GEMELAR. MI EXPERIENCIA


Una de las cosas que llevé fatal, entre otras, fue el tema del reposo en mi embarazo. Y es que no fue nada fácil. Pero mi cuerpo lo necesitaba, tanto por mi propia salud como por la de los bebés. Y es que tuve un embarazo complicado desde el comienzo.

Comencé, como suele suceder, con las típicas náuseas y vómitos. Yo esperaba que durasen 3 meses pero me acompañaron durante 37 semanas y dos días, es decir, el embarazo completo.

Luego recuerdo el primer susto de todos, porque hubo varios. Fui al cuarto de baño y estaba sangrando. Me asusté muchísimo y comencé a temblar. Lloraba pensando que iba a perder a mis niños. Inmediatamente nos fuimos al hospital y allí me tranquilizaron en cuanto me dijeron que los niños estaban perfectamente. Pero me dijeron que debía permanecer en reposo ya que había sufrido una amenaza de aborto.



Continué en reposo. La doctora me advirtió de ciertas cosas que en aquel momento me parecieron muy extrañas: si tienes que salir, no vayas en autobús, ni en metro y si vas en coche, ten cuidado con los baches. Hoy entiendo perfectamente aquellas advertencias. Y es que en la semana 21 de embarazo fui a una revisión y vieron que tenía el cuello del útero estaba borrado. Me tendrían que poner un pesario o mis hijos nacerían, con las pocas probabilidades de supervivencia que ésto conllevaría. Y esa misma tarde fui a comprarlo (aprovecho para pedir que debería entrar por la Seguridad Social ya que en mi caso y en el de muchas mujeres sirve para salvar vidas). Fui a urgencia y me lo colocaron reiterándome que mantuviera reposo absoluto, del sofá a la cama y de la cama al sofá. He de decir que yo tampoco tenía excesivas fuerzas. Mi cuerpo estaba francamente cansado. Tanto vómito me estaba machacando. De hecho cada vez que iba a revisión me decían que había adelgazado. Pero mi tripa seguía creciendo.

Luego mi tensión empezó a subir. Fue una preeclampsia leve que pudieron controlar. En la semana 36 me quitaron el pesario y me avisaron que era muy posible que esa misma tarde me pusiera de parto. Pero pasó la tarde normal. Y pasó un día, y otro y otro. Así hasta llegar a la semana 37 que tenía otra revisión. Me realizaron una ecografía y me dijeron que ya me quedaba ingresada allí, que me provocarían el parto.

A partir de aquí termino mi reposo y comenzó mi frenética vida como mamá de gemelos.

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